a Sporting to the Topuria, the defeat of Albés in the changes and the marathon of Luanco

a Sporting to the Topuria, the defeat of Albés in the changes and the marathon of Luanco

Dos fueras de juego, y del alivio, a la realidad. El partido en el Carlos Belmonte también se jugó en el VAR. La revisión del fuera de juego de Quiles en la acción que dio, momentáneamente, el 2-2 al Albacete mediada la segunda parte, mantuvo en vilo a futbolistas y espectadores. Lo ajustado de la acción y el hecho de no contar con los suficientes tiros de cámara para acabar de ver limpia la jugada motivó la incertidumbre. Notable fue el enfado del entrenador del cuadro manchego cuando vio a Sánchez Villalobos marcando que el Sporting sacara desde la posición en la que el delantero del “Alba” estaba más adelantado. La realización mostró, poco después, la imagen bajo la que se tomó la decisión. Más que ajustado. A la siguiente no se libró el Sporting. Riki, en otra acción revisada desde el VAR por posible fuera de juego, hizo justicia al dominio local ante un equipo a merced. Todo lo que envolvió el gol anulado al Albacete y el posterior empate resumió el agobio vivido por el conjunto gijonés para mantenerse por delante en el marcador tras un inicio más que cómodo. No se quedó ahí, tras el 2-3 de los rojiblancos (ayer de rosa), hizo el tercero el “Alba” y también pasó el filtro del VAR, pero con menos suspense. Aguantó la lluvia y el chaparrón el Sporting para acabar sumando tras diez minutos de añadido. Con una veintena de remates acabaron los de casa. El doble que el Sporting.

El “Toro” ya la sabe pasar

A cinco minutos del final, con el Sporting intentando liberarse de los arreones del Albacete, Jory Caicedo y Dani Queipo se asociaron para volver a poner por delante al conjunto gijonés y hacer el tercero. La acción fue muy parecida a una vivida el pasado jueves ante el Huesca: rompió el ecuatoriano al espacio, cayendo a la banda derecha, y Queipo inició el desmarque al centro del área en busca del remate. Si entonces el “Toro”, en la búsqueda del pase por delante, no ajustó lo suficiente y el balón salió bastantes metros por delante de su compañero, en el Carlos Belmonte le dio la fuerza y la dirección correctas. El canterano se coló entre dos defensas del Albacete y terminó ayudado por Jon García, quien en el intento de despejar la mandó a su propia portería.

Inicio a lo Topuria

El Sporting empieza a cogerle el gusto a lo de empezar los partidos a tope. Si Jordy Caicedo ya se encargó de abrir el marcador ante el Huesca a los cinco minutos, en Albacete fueron dos goles los del conjunto gijonés en los primeros nueve minutos de juego. Campuzano hizo el primero a los seis minutos, clavando en la escuadra un envío desde la derecha de Otero que la zaga manchega ni acertó a despejar ni a defender. Otero tomó el testigo después con una falta en la frontal en la que volvió a evidenciar que el balón parado en este equipo es peligro asegurada. A lo “Topuria”, el Sporting no necesitó ni de tres asaltos para dejar a su oponente en la lona. Eso pareció, al menos, hasta que Quiles acortó diferencias antes del descanso. Con todo, mención especial para Víctor Campuzano, que en tres ratitos ha hecho tres goles, los mismos que “Duba”.

La maratón de Luanco

Ha sido el futbolista de campo más utilizado por el Sporting en la semana más exigente del calendario. Nacho Méndez lo jugó todo en Elche, volvió a hacerlo ante el Huesca en El Molinón, y repitió durante la visita al Albacete. Al margen de Rubén Yáñez, el de Luanco se marcó un maratón de fútbol para liderar la medular rojiblanca. El cansancio dejó ver un partido abierto y más errores de lo que venía acostumbrando el equipo de Rubén Albés, que no dio con la tecla para reactivar al equipo con los cambios. Gelabert jugó los últimos veinte agotado y Nacho Martín se quedó sin tiempo.

Sin rotaciones para la Mareona

La lluvia que azotó Albacete dejó ver cómo la afición local se resguardó como pudo en la zona más alta de las gradas para intentar aprovechar la visera del Carlos Belmonte en forma de paraguas. Los que aguantaron estoicamente, sin más protección que la de chubasqueros y capuchas, fue la Mareona, en la esquina reservada habitualmente para los seguidores visitantes. Cada vez que las cámaras enfocaban a los valientes desplazados a Albacete para seguir al equipo, la mojadura de cada uno de ellos en la misma proporción que las caras de preocupación. La reacción del conjunto manchego hizo más difícil aguantar el chaparrón. El 2-3 hizo a la mayoría volver a entrar en calor y saborear tres puntos que se quedaron a medio camino. Alguno repetirá viaje el miércoles, a Soria, en Copa. Para la Mareona no hay rotaciones.

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