Se cumple hoy un año de la grave lesión sufrida por Joseph Aidoo con la selección de Ghana en un partido intrascendente contra México en Estados Unidos. En una acción fortuita, el defensa central celeste se fracturó el tendón de Aquiles, una de las lesiones más graves que puede sufrir un deportista, cuyas secuelas no se ha disipado aún del todo.
La noticia de la lesión de Aidoo, uno de los futbolistas en mejor forma y que más había jugado las temporadas anteriores, cayó como un jarro de agua fría en el Celta, que perdía a su defensa más importante.
Aidoo regresó a Vigo para ser intervenido por el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Cota, e iniciar un largo periodo de rehabilitación con innumerables horas de trabajo en el gimnasio. Pasaron 10 meses hasta que Aidoo pudo volver a pisar un terreno de juego. Fue durante la pasada pretemporada, en un amistoso contra el Gil Vicente luso. Apenas unos minutos, que tuvieron luego continuidad con otro puñado de minutos sueltos en los duelos preparatorios frente al Luton Town y el West Ham y le permitieron volver a sentirse futbolista.
Barrera mental
Esta sensación no se ha prolongado mucho más. Apenas un minuto, ya en LaLiga, frente al Valladolid con el partido ya resuelto. Según ha comentado en más de una ocasión Claudio Giráldez, la recuperación física se ha completado con éxito, pero existe todavía una barrera mental que retrasa su reaparición, además de la falta de ritmo que se deriva de haber estado un año entero sin competir.
A estos dos problema se suma el incremento de la competencia en el eje defensivo, concretamente en el perfil derecho que habitualmente ocupa Aidoo. Giráldez cuenta con dos nuevas bazas en esta posición, Javier Manquillo y el joven Javi Rodríguez, que están rindiendo a muy buen nivel, lo que restringe sus oportunidades de jugar.
La filosofía del técnico de repartir protagonismo entre la plantilla, con continuos cambios en la alineación y agotando siempre los cambios, hacen pensar que Aidoo irá entrando poco a poco en la rotación del técnico. Sus condiciones físicas, capacidad correctora, rapidez en el repliegue y fortaleza en el uno contra uno lo convierten, sobre el papel, en una pieza muy interesante para Giráldez. De momento, el jugador sigue a la expectativa esperando su oportunidad.