Las cosas no son como empiezan, sino como acaban, pero el inicio de este nuevo Avilés da motivos para la ilusión. Los blanquiazules están realizando su mejor arranque en Segunda Federación, superando la cifra de puntos cosechada por Chiqui de Paz, y ahora deben dar continuidad a estas buenas sensaciones en el duelo que tienen hoy a las 18.00 horas ante el Ávila. El inicio está siendo excelente, pero hay que darle continuidad.
Esta es la cuarta campaña del Avilés en Segunda Federación, categoría de estreno tras su último ascenso. En su primer año el inicio, como el actual, fue ilusionante, consiguiendo la segunda mejor cosecha de puntos, diez en los seis primeros encuentros. Los blanquiazules estuvieron invictos hasta la jornada 9, en la que cayeron en el derbi regional ante el Langreo, y ahí empezó a torcerse la cosa. Tras ese primer tropiezo los de Chiqui de Paz tan solo pudieron sumar 4 de los 15 puntos siguientes, lo que motivo el despido del técnico. Astu, entonces director deportivo, tomó las riendas del equipo para luego dejarle el banquillo a Emilio Cañedo, que llevó a los avilesinos a una cómoda novena posición, a cinco puntos del play-off y a seis de los puestos de descenso.
Con Cañedo asentado en el banquillo del Suárez Puerta arrancó la temporada 22/23, la que terminó con el amargo partido ante el filial del Granada en la final del play-off de ascenso. A pesar de estar a un paso de conseguir el ansiado objetivo, el primer tramo estuvo lejos de ser el deseado. El técnico ovetense marchaba octavo en los primeros seis encuentros de liga, con dos victorias, dos empates y dos derrotas en su haber. Los blanquiazules firmaron su segundo mejor registro goleador en la categoría, con nueve tantos en este inicio, pero sufrían más en defensa, encajando siete dianas. Eso sí, el buen mercado invernal que hicieron, con la llegada de nombres como Iván Serrano o Álvaro Mayorga, llevó al equipo a una nueva dimensión, lo que le hizo firmar una gran segunda vuelta.
Tras la recordada temporada 22/23 el péndulo se trasladó al otro extremo. Emilio Cañedo seguía en el banquillo, pero durante ese mercado veraniego hubo un gran cambio de piezas que hizo que el equipo se descompusiese. El Avilés firmó su peor inicio en Segunda Federación, firmando tan solo siete puntos en los seis primeros encuentros de liga. Los avilesinos estaban abonados al empate, con cuatro en media docena de duelos, y aunque dominaban el tempo de los partidos, sufrían mucho en la parcela defensiva, encajando siete tantos. Esos datos hacían que el Avilés, que llegaba de hacer rozado la gloria, estuviese coqueteando peligrosamente con la zona de descenso. De hecho, los blanquiazules no consiguieron su segunda victoria hasta la jornada 14, ante el Arandina, ya con Manolo Sánchez Murias en el banquillo. El gijonés tampoco terminó el curso, y Diego Baeza recurrió a Javi Rozada para el play-out.
Tras conseguir salvar al equipo, Rozada ha conseguido trasladar a este inicio de temporada ese cambio de chip que hizo tras su desembarco en el Suárez Puerta. Bajo los mandos del ovetense el Avilés ha firmado el mejor inicio con 13 puntos en el casillero, repartidos en cuatro victorias y un empate. Además, si se ponen en contexto esos cuatro triunfos, la trayectoria tiene aún más mérito. El entrenador blanquiazul ha conseguido sus últimas dos conquistas con tan solo un pivote puro en plantilla, sobreviviendo a una grave crisis de lesiones. Además, arriba tampoco está pudiendo contar con el que apunta a ser el gran delantero de este Avilés, Álvaro Santamaría.
Aunque a veces se le acuse de ser un técnico defensivo, el arranque de este Avilés demuestra, además, que no tiene la pólvora mojada. Este inicio está siendo el más goleador de la historia del club en la categoría, con diez dianas, aunque sin olvidarse de la faceta defensiva. Los blanquiazules suman cuatro porterías a cero y tan solo han encajado cinco goles, cuatro de ellos en el sonado tropiezo ante el Bergantiños (4-1).
Los datos dan motivos para ilusionarse, pero ahora toca darle continuidad ante rivales como el Ávila, el Compostela o el Pontevedra. Lo importante no es el inicio, sino como acaba todo, pero este Avilés demuestra que está preparado para todo, sacando buenos resultados y colocándose arriba en circunstancias no muy favorables.
Subscribe to continue reading