Vive el espanyolismo en un constante debate interno. Un cisma provocado desde la llegada de Chen Yansheng al club. Una herida que los millones del magnate chino no han podido cerrar durante todos estos años. La afición está desilusionada, indignada, entiende que el empresario asiático les ha tomado el pelo, mentido en reiteradas ocasiones y ya no confían en él. El descrédito para con Chen es superlativo, hasta tal punto que los cánticos contra su gestión se repiten partido sí, partido también en el RCDE Stadium.
El hastío es generalizado, ya no es sólo un reducto de socios el que carga contra la propiedad del club. Es prácticamente todo el estadio. Ese RCDE Stadium ya sin ‘naming right’ y que el viernes volvió a registrar una entrada muy digna, dada la hora del encuentro y la amenaza de lluvia. 23.656 seguidores apoyaron al equipo en la derrota frente al Sevilla (0-2), en otro mal encuentro de los de Manolo González. El Espanyol ha bajado sus prestaciones en casa, donde ha cimentado nueve de los diez puntos que luce en su casillero, pero ni así cunde el desafecto entre la pericada. El espanyolismo nunca da la espalda a su equipo y ante los nervionenses volvió a demostrarlo una vez más. Ellos son el principal activo y los jugadores, sus compañeros de travesía hacia la permanencia.
Indignación
La masa social blanquiazul está de uñas. Esta película ya la han visto y saben bien cómo acaba. Los dos descensos prácticamente consecutivos han alertado a una afición que no va a dejar pasar ni una más. Chen Yansheng no está ni se le espera en las próximas semanas por Barcelona. El empresario parece haber tirado la toalla y no quiere desembolsar más dinero en un negocio que le ha provocado más disgustos que otra cosa y ha erosionado su figura pública en España y Europa.