En la antigua fábrica de armas de La Vega, el bádminton es el deporte rey. Con la onubense Carolina Marín, Premio “Princesa de Asturias” de los Deportes, como ejemplo, los volantes y las raquetas llenaron durante todo el fin de semana las pistas de la nave de cañones. Allí se impartieron talleres de acercamiento al deporte del que la jugadora de bádminton andaluza ha sido campeona olímpica, tricampeona del mundo y heptacampeona de Europa y para el que abrió camino, luchando para que dejase de ser minoritario.
En La Vega, la Fundación Princesa de Asturias y el Club Bádminton Oviedo instalaron un gran escaparate. Un espacio en el que jugadores del equipo de la capital del Principado ejercieron como maestros, trasmitiendo su amor por el deporte que practican. Una clase en su colegio le abrió al ovetense Marcos García Martínez las puertas del bádminton. Jugaba al fútbol entonces pero le gustó tanto el deporte de la raqueta que, comenta, “primero los compaginé pero terminé dejando el fútbol”.
Abandonó el considerado deporte rey en España y empezó a competir. Ahora, participa en competiciones nacionales e internacionales y entrena en el centro de tecnificación de El Cristo. No es un caso único el de Marcos García. Dos de sus compañeros, Vicente Miguel Gázquez y Laura Álvarez, siguieron el mismo camino. Tras descubrir el bádminton dejaron el fútbol y el ciclismo, respectivamente. Ahora se ejercitan en el deporte rey de esta edición de los Premios “Princesa de Asturias”.
“Nos gustó mucho y ahora estamos compitiendo”, señalan los dos jugadores, antes de comenzar una clase con un grupo integrado por diez personas en una de las seis pistas habilitadas. Muy cerca, otros campos de juego donde todos los que se acercaban a la nave podían practicar con la raqueta y la pluma. La numerosa afluencia hizo que los asistentes tuviesen que esperar a que otros dejasen su sitio.
Marcos García y Vicente Gázquez dejaron el fútbol por la raqueta: “Nos gustó más y ahora competimos”
“Lo primero es familiarizarse con el volante”, explica César González, director técnico del Club Bádminton Oviedo. Unos minutos dando toques con la raqueta y los alumnos ya están preparados para pasar el volante por encima de la red. El saque requirió un apartado también. “Hay dos tipos diferentes”, indicaron los monitores ante la atenta mirada de quienes estaban aprendiendo.
“Es muy divertido, muy entretenido”, afirmó Beatriz Fernández, de Gijón, que se inscribió junto a su familia días atrás para participar en el taller. “Yo no había jugado nunca pero me ha gustado”, manifestó.
En las pistas, jugaron al bádminton durante estas dos jornadas “desde niños de 3 años a personas de 80”, resaltó César González. En los talleres no solo se ha logrado acercar este deporte a personas que no lo habían practicado nunca. También se han registrado “muchas” inscripciones en el Club Bádminton Oviedo, que tiene actualmente a seiscientos federados.
“Desde hace cuatro años cada vez tenemos más jugadores”, explicó. Carolina Marín, la mejor jugadora de la historia de este deporte en España y una de las mejores del mundo, “ha dado un impulso enorme” al bádminton y la actividad organizada en La Vega “le da otro”. “Es una promoción impresionante”, señaló César González.
Finalizados estos talleres, el bádminton seguirá presente en la antigua fábrica de armas junto al resto de actividades vinculadas a los Premios “Princesa de Asturias”, a las que ayer se acercó numeroso público. El club ha trasladado sus entrenamientos estos días a la nave de cañones. Y está previsto un encuentro de la galardonada con el Premio Princesa de Asturias de los Deportes con alumnos de 5º y 6º de Primaria de colegios que han participado en la actividad “Piensa que puedes” del programa “Toma la Palabra”.
Fuera de las instalaciones, tras sobrepasar el cartel que indica al visitante que se está adentrando en la “Ciudad del bádminton”, el espacio ha sido reservado por completo a Carolina Marín. En varios paneles se resume su trayectoria y su labor por el deporte que ha hecho descubrir a España.
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