Joan Laporta talks about Johan Neeskens / FC BARCELONA
Los últimos cuatro años del fútbol español han estado marcados por la pandemia. Contratos de futbolistas con salarios imposibles de asumir tras la dramática caída de los ingresos, venta de activos que trataban de suplir las plusvalías por traspasos que muchos normalizaron, excepciones a las normas de fair play financiero que pretendían no ahogar a los clubes… Ha sido casi un lustro en los que descifrar la realidad del negocio de un equipo de fútbol era todo un sudoku, hasta este 2024-2025. Los golpes contables y las maniobras ejecutadas empiezan a limpiarse. Y todos los contratos que se firmaron en prepandemia han empezado a vencer. Como dicen en los despachos del Spotify Camp Nou, ha llegado el modo Marie Kondo.
Entre bambalinas, son mayoría los profesionales que admiten que han sido años de operaciones exóticas, por no decir arriesgadas, en busca de un ingreso rápido, aunque no siempre asegurado. Importaba sumar en la cuenta de resultados y confiar en que los pagos de aquel patrocinador cripto o de origen asiático cumpliría con lo prometido. Era época de minimizar pérdidas, asumir que no habría un movimiento coordinado para atajar la problemática salarial y ser creativos para encontrar resquicios en las reglas de LaLiga para inscribir lo que se aspiraba. El riesgo era el efecto boomerang de aquellas decisiones.
Muchos clubes perdieron de la noche al día contratos millonarios fuera de mercado que aspiraban a retener más de un año, otros fueron deshaciéndose de sus principales jugadores para no sufrir. El Barça, por su parte, se centró en ceder parte de sus negocios para que fuera el tiempo -“la inercia de los contratos”- y la contención la que dejaran la masa salarial donde hoy: 500 millones de euros, lo sostenible a medio y largo plazo.
Ahora, y asumiendo que vender jugadores siempre será una opción pero no debe ser un sustento, el reto es que el método de limpiar para ordenar de la autora japonesa evite que las palancas de hace dos años sean una losa hoy y mañana. Marie Kondo para los inversores de Barça Media.
Se da por hecho que Libero, Socios.com y Vestigia no van a pagar los 135 millones de euros que deben. ¿Deshojar la margarita o volantazo? Lo segundo: cambio de modelo de negocio exprés -aseguran que no meterán el Camp Nou- y una contrarreloj hasta diciembre (si no entran 60 millones, tijeretazo al límite salarial) y hasta junio (ahí el auditor sí puede imponer la depreciación que Laporta no quiere). Hay 335 millones en juego, y quizás un mandato.
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