Rafael Nadal reaparecerá en una pista de tenis este jueves 17 de octubre, 78 días después de haber jugado su último partido en los Juegos Olímpicos de París en un doble junto a Carlos Alcaraz. El penúltimo baile del campeón mallorquín, antes de la retirada anunciada para finales de noviembre en la Copa Davis de Málaga, será en Riad (Arabia Saudí), para participar en la multimillonaria exhibición ‘The Six Kings Slam’ a la que ha acudido a la llamada irresistible de los petrodólares junto a Alcaraz, Novak Djokovic, Jannik Sinner, Daniil Medvedev y Holger Rune.
Tres días después del Masters 1.000 de Shangái y pese a las quejas de muchos de ellos por una temporada cargada de torneos y partidos, sin tiempo para el descanso, los seis elegidos para el estreno de esta competición no han dudado en aceptar la invitación con un cheque fijo de 1,5 millones de dólares y la posibilidad de un extra por ganar el torneo de 6 millones, casi el doble de lo que ha recibido esta temporada en campeón de Wimbledon (3,4 millones) o del Abierto de Estados Unidos (3,6 millones), por citar los dos Grand Slams que han dado más premio esta temporada, eso si ganando siete partidos al límite de los cinco sets para conseguirlo.
Calendario sin descanso
“Una exhibición no tiene nada que ver con un partido del circuito”, argumentaba hace unos días Alcaraz que lleva jugados 61 partidos (10 derrotas) hasta el momento esta temporada y que, después de ganar Roland Garros, Wimbledon y la medalla de plata en París sufrió un bajón anímico y físico en la gira estadounidense, que no le impidió jugar la Laver Cup, donde fue el líder de la victoria de Europa, ganar el título de Pekín y ahora la exhibición en el desierto de Ryad, antes de afrontar un duro y apretado final de temporada donde le quedan por jugar el Masters 1.000 de París (28 de octubre al 3 de noviembre), las Finales de la ATP en Turín (10 al 17 de noviembre) y la Copa Davis (19 al 24 de noviembre).
Su gran rival, Sinner, con el mismo calendario y 71 partidos más (6 derrotas) sobre sus espaldas, tampoco ha renunciado a la supermillonaria pachanga presentada como si fuera un capítulo de la serie Juego de Tronos.
La exhibición, montada por Turki Al Sheik (propietario del Almería desde 2019) y responsable del deporte en Arabia Saudí, debía haberse jugado el pasado febrero a la vuelta del Open de Australia pero se aplazó por la lesión muscular de Nadal en Brisbane, que le dejó K.O. hasta reaparecer en Barcelona para afrontar la que ha sido su última gira de tierra donde cayó en primera ronda de Roland Garros contra Alexander Zverev y en segunda ronda de los Juegos Olímpicos ante Djokovic.
Estreno de un nuevo estadio
La competición se disputará en el nuevo estadio ’The Venus’ de Riad con una capacidad para 8.000 espectadores y que se ofrecerá mundialmente por televisión, en España en abierto en DZN. El miércoles (16 de octubre) Sinner y Alcaraz abrirán la competición ante Medvedev y Rune para jugar el jueves, el que gane, las semifinales contra Djokovic y Nadal. El viernes habrá descanso porque la ATP prohíbe una exhibición de partidos tres días seguidos. Así que el sábado se jugará el partido por la tercera y cuarta plaza y la final.
Este evento es el punto culminante de una serie de torneos relacionados con el tenis que Arabia Saudí ha organizado en los últimos años con la intención de blanquear la situación política y social del país. En 2023, el país organizó las Next Gen Finals y la Riad Season Cup, y este año es la sede de las WTA Finals (2 al 9 de noviembre). Una elección criticada por muchas tenistas, entre ellas las legendarias campeonas Martina Navvratilova y Chris Evert por el trato a las mujeres, que no han evitado el canto de sirenas a un circuito femenino necesitado de dólares.
Embajador Nadal
Las autoridades saudís no se conforman esperan que estos eventos sean el paso hacia adelante con la vista puesta en organizar torneos del circuito ATP y WTA, Masters 1.000 o las Finales de los dos circuitos o la propia Copa Davis.
Con esa intención han financiado este año por primera vez el ránking mundial de la ATP y han aportado el patrocinio en varios torneos del circuito, abriendo la puerta del exclusivo Wimbledon.
Nadal es parte fundamental de la estrategia de Arabia Saudí que lo ha convencido con un supermillonario contrato para ser el embajador deportivo del país. Un acuerdo firmado y presentado en enero de 2024 a pesar de la controversia por las acusaciones de que Arabia Saudí, utiliza el deporte para mejorar su imagen internacional. En su momento, Nadal defendió su decisión afirmando que no creía que el país “necesite a alguien como yo para mejorar su imagen”.
El exnúmero 1 y campeón de 22 Grand Slams, que el domingo fue el primero en llegar a Ryad, ya dijo en su día que la aceptación del cargo no era una cuestión económica. “El dinero saudí no me cambiará la vida” y que su contrato está enfocado en “promover el tenis” y ayudar a desarrollar el deporte en Arabia Saudí. Si eso cambiara en los próximos años ha asegurado que rompería esta relación en la que cobrará 300 millones durante la próxima década.
Acumular campeones
Nadal no es el único deportista pescado por los petrodólares. El golfista Jon Rahm fichó por 500 millones, la Federación Española de Fútbol organizará la Supercopa hasta 2029 a cambio de 120 millones de euros y en estos últimos años Arabia Saudí a través del Fondo Soberano Saudí (PIF) se ha llevado a su desierto, entre otras competiciones, el Rally Dakar; la Fórmula 1, veladas de boxeo, además de organiza su propio circuito de golf, el circuito mundial de padel, organizar los Juegos Asiáticos de 2029, además de fichar a estrellas como Cristiano Ronaldo, Benzema o Neymar en busca de cerrar el ciclo con la celebración del Mundial de fútbol 2034.