Oyón is crowned in Los Pajaritos: Sporting beats Numancia (0-1) and advances to the next round in the Cup

Oyón is crowned in Los Pajaritos: Sporting beats Numancia (0-1) and advances to the next round in the Cup


0-1, min 60: Oyón


Alineación Numancia

Petr (2); Grande (1), Moustapha (1), De Frutos (1), Vera (1); Fernández (1), Delgado (1), Rementería (1), Ribeiro (1), Seguín (2); Dieste (0)

CAMBIOS

Sanz (1) por Delgado, min 60. Bonilla (0) por Vera, min 60. Sanchidrían (1) por Seguín, min 60. Jony (1) por Ribeiro, min 65. Conte (s.c) por Grande, min 85.

Alineación Sporting

C. Joel (2), Kevin (2), Maras (1), Kembo (1), José Ángel (1); N. Martín (1), Mbemba (0), Oyón (2); Dubasin (1), Caicedo (0) y Queipo (3)

CAMBIOS

Campuzano (1) por Dubasin, min 60. Olaetxea (1) por Mbemba, min 76. Otero (1) por Caicedo, min 76.


Arcediano Monescillo (C. Castilla y La Mancha). Amonestó al local Ribeiro, De Frutos, Bonilla y a los visitantes Mbemba


Los Pajaritos (3.303)

A Gijón siempre le ha gustado la Copa y fue precisamente un chico de la casa quien se coronó en su estreno como titular para clasificar al Sporting a la siguiente ronda tras superar al Numancia en Los Pajaritos (0-1). Oyón marcó el gol con el que tantas veces soñó de niño, y ese recuerdo se quedará ya para siempre en su memoria. El gol del mediapunta fue suficiente para salir del paso de un encuentro nada lúcido, por momentos aburrido, y que al menos deja una historia feliz. Mareo salió al paso para solventar la papeleta del torneo del K.O. Los asturianos hicieron lo suficiente para el nombre del club gijonés esté en el bombo de Las Rozas. Mientras se compite por el ascenso en Liga, la Copa volverá a ser un aliciente. Al menos durante otra ronda.

Torneo divertido para los aficionados y perezoso en sus primeras eliminatorias para los clubes profesionales, el debut del Sporting en Copa propició el estreno con la camiseta rojiblanca de dos jóvenes que llegaron a prueba y que ahora sueñan con competir algún día en El Molinón como son los franceses Kembo y Mbemba. También fue el primer día como titular para Oyón, en su momento la más firme promesa de Mareo y que ahora busca ganarse la confianza de Albés. Dubasin, José Ángel, Caicedo, y si acaso Maras aportaban galones a un equipo con varios jugadores que aún son meritorios para el técnico vigués. Más allá del “pingüino” o Cote, la jerarquía en Los Pajaritos estaba en el banquillo, reservada para la visita este domingo del Cádiz a El Molinón en Liga. Y eso que el rival de enfrente no era cualquiera y tenía nombre más allá de su momento: el Numancia, un histórico en momentos difíciles y que busca acercarse a una categoría profesional que recibió a los gijoneses como líder destacado de su grupo en Segunda RFEF.

El equipo no solo era irreconocible en la foto, descoordinado e incómodo en los primeros compases del encuentro también en el césped. Le costaba a los rojiblancos -de negro en Soria- una barbaridad trenzar una jugada. No existía el centro del campo y todo era precipitación: Nacho Martín y Mbemba ocupaban las mismas zonas y casi nunca acertaban para conectar con Oyón, como 10, que cuando alcanzaba la pelota hacía la guerra por su cuenta. Las acciones se tejían demasiado deprisa. Pero no por verticalidad, sino más bien por una cuestión de desorden y falta de automatismos. Los ataques llegaban siempre a través de los centros de los laterales -Kevin y José Ángel-. Uno de esos envíos lo cazó por el cielo Dubasin. Su remate de cabeza no pasó lejos de la portería de Petr Kudakovskiy, ex cancerbero del Sporting Atlético. Caicedo conectó como pudo con la cabeza otro balón llovido por la izquierda.

El único susto que se llevó Christian Joel llegó tras un mal entendido entre Maras y Kembo, todavía adaptándose. El Numancia lo fiaba todo a hacer un partido largo y se esforzaba en estar ordenado. Con el balón su propuesta era convencional: mucho envío largo para que la peleasen Dieste o Seguín, bien controlado por la pareja de centrales rojiblanca. Aunque el partido seguía sin tener ningún tipo de ritmo, el mando empezaba a ser para los asturianos, que asumían ya el rol de favoritos que tenían sobre el papel. Queipo comenzó a ganar protagonismo en el encuentro y a bajar al centro del campo para recibir, indetectable para Moustapha. El canterano se sentía cada vez mejor y no estuvo lejos de marcar un golazo. Tras girarse sobre sí mismo, conectó con muchísima potencia un disparo que paso a escaso medio metro de la escuadra. La amenaza desperezó definitivamente a los visitantes. La circulación era cada vez más ágil y pulcra. Caicedo encontró por primera vez los espacios y se plantó prácticamente en el área de Petr con Dubasin solo al segundo palo. Pero al Toro se le apagaron las luces cuando la acción demandaba precisión. Arcediano Monescillo mandó a los chicos al descanso en el momento de mayor lucidez.

El regreso menguó la progresión del Sporting. Y pareció dar seguridad al Numancia, al que ya no le bastaba con contener. Los sorianos comenzaban a sentir que podían dañar a través de las piernas de Seguín. El extremo local hizo temblar a Albés en una acción individual muy meritoria. Dejó en el suelo a Kevin y en el camino a Maras, que salió a corregir. Joel apareció en el momento justo para salvar un pase de la muerte amenazador. El susto espabiló a los gijoneses que recuperaron el camino: los balones para Queipo y Oyón, sociedad genuina de Mareo. El binomio de menudos y talentosos canteranos se encontraba con una mirada -ambos han jugado muchos partidos juntos en el fútbol formativo- y el equipo rojiblanco carburó. En cinco minutos, dos jugadas idénticas. Primero llegó la amenaza. Luego, ya no hubo avisos. Queipo vio a Oyón aparecer solo por el área. El 27 la mandó fuera por nada. A la segunda no perdonó. De nuevo a pase de Queipo, Oyón volvió a encontrar el espacio justo entre la zaga y el meta. La clavó dentro. Y estalló de alegría. Tras toda una vida en la cantera, ser considerado siempre una de las firmes esperanzas de Mareo, y una promoción al primer equipo que se alargó -no todas las ascensiones son igual de frenéticas-, el chico, aunque tímido, no pudo disimular la alegría. Dio alas el tanto al Sporting, ya muy superior. Y terminó por quebrar la ilusión del conjunto soriano. La victoria estuvo a punto de sellarse antes. Pero Arcediano Monescillo le negó la redención a Caicedo, muy fallón. Había marcado gol de cabeza el internacional por Ecuador. Pero le pitaron falta. Albés reunió galones: dentro Olaetxea y Otero, además de Campuzano.

La entrada de la primera unidad dio aún más estabilidad. Pero el marcador seguía muy abierto. Petr sacó una mano buenísima a Campu. Y como todo estaba tan cerca, el Numancia tiró de orgullo para avasallar en los últimos minutos la guarida de Joel. Jony hizo sudar a La Mareona con un disparo que se fue cerca del poste. Fueron unos minutos de agobio. Pero los gijoneses resistieron para clasificarse y estarán en la siguiente ronda.

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