La caída de Joao Félix parece no tener fin. Va en picado. Nadie confía en él. Ni su entrenador, Enzo Maresca, ni el seleccionador de Portugal, Robert Martínez. El catalán apenas le dio bola en los dos encuentros de Nations League que las ‘quinas’ disputaron en el pasado parón internacional. Suplente y sin participación en la victoria lusa ante Polonia (1-3). Apenas dos minutos en el empate frente a Escocia (0-0). El futbolista parece haber caído en la desidia, sin ganas de reivindicarse. Preso de la apatía y con un rendimiento no acorde al futbolista que maravilló en el Benfica. Y su caché se desploma. De los 100 millones que llegó a valer en su día ha pasado a 30 ‘kilos’, y descendiendo.
Un precio fuera de mercado
El Chelsea abonó 52 millones en el pasado mercado estival, en un precio muy alejado de su valor de mercado y en una operación a dos bandas que llevó a Conor Gallagher al Atlético de Madrid. El cambio de aires tampoco le ha beneficiado. En Londres, una ciudad en la que ya residió, no acaba de despegar. Enzo Maresca no confía en él y su estancia sobre el terreno de juego es totalmente residual. Una rotación casi obligada por la acumulación de partidos en un calendario infernal. A todo ello se le suma que por delante tiene a Cole Palmer, uno de los jugadores de moda a nivel europeo, y Jadon Sancho, que parece recuperar el nivel que exhibió en su día en Dortmund.