Superarse. Vencer los miedos y hacer oídos sordos. Alexia Putellas vivió y escuchó muchas cosas. Que no volvería a ser la que era, que se le había apagado la luz, que tras la lesión dejaría de ser la jugadora determinante que siempre fue. Ella, en medio de una tormenta que cambió el deporte para siempre (y que lidero también) se puso a trabajar. Ni las dos intervenciones en su rodilla, ni el susto contra el Benfica, que la obligo a volver a parar, ni las habladurías, chismorreos o crítica. Nada de eso le hizo perder el foco. Curró cada día con un objetivo claro: volver. No solo a ser lo que era sino a disfrutar. Porque eso es para Alexia el fútbol. Es esa sonrisa que cuando te mandan ese mensaje que esperas o suena tu canción favorita en la radio.
Alexia ha recuperado esa tranquilidad que siempre le ha sido tan característica. Alexia ha superado la lesión, tanto a nivel físico como mental, y esta temporada ha recuperado el papel clave que echó de menos el año pasado. Su aura y presencia nunca dejó de intimidar a los rivales. Y, aunque fuera con menor presencia en los encuentros, seguía siendo decisiva. Aunque esta temporada ha vuelto a su máximo exponente. Alexia cambia el partido. Un ejemplo claro fue contra el Espanyol este pasado fin de semana. Salió del banquillo en el descanso, cuando el Barça iba por debajo en el marcador por tercer partido consecutivo. La capitana volvió a hacer visible el centro del campo, dirigió el futbol de su equipo y marcó dos de los goles (el segundo y el tercero) que encaminaron la goleada en derbi catalán.
Leyenda inconmensurable
Alexia aparece siempre que el Barça la necesita. En el Camp Nou. En el Johan Cruyff. En Bilbao o en Göteborg. Alexia es las futbolistas de las citas importantes, pero también la que soluciona un partido donde el equipo no lo ve claro. Este inicio de temporada, entre ajustes y cambios, el Barça la ha necesitado para desencallar algunos duelos. Y ella nunca ha tenido complejos de cargarse el equipo a la espalda.
Su leyenda es inconmensurable, pero está a punto de hacerse aún más grande. La capitana azulgrana está a tan solo dos dianas de igualar a Luis Suárez como máxima goleadora en la historia del Barça. Su nombre no podrá borrarse nunca de los libros de historia de la entidad y sus récords marcarán para siempre un antes y un después.
Es la voz de una generación, la imagen de una lucha. Mientras aún estaba volviendo a competir en plenas factultades (el proceso total de una otura de ligamento cruzado oscila los dos años en caso de las futbolistas) fue la líder de un movimiento social que ha permitido a muchas mujeres dar un golpe sobre la mesa. Es vital reconocer la entereza que tuvo la catalana a la hora de afrontar la situación que puso el foco en los abusos de poder tras el caso Rubiales, hasta ahora minimizados por gran parte de la sociedad.
El trabajo mental es una parte clave para entender la recuperación de Alexia. La otra, es el sacrificio. Ya lo contaba en su documental, grabado en la primera etapa (y la ma´s cruel) de su lesión. Cuando volviera al césped, todas sus rivals iban a ir a por ella. “Yo voy a salir a competir contra bestias así que yo tengo que ser una bestia“, confesaba en uno de los capitulos del documental. Y el camino para lograrlo ha sido duro, cososo y con mucho9 sacrificio. Pero Alexia no dudó y gracias a ello los culés y todos los aficionados al fútbol pueden volver a disfrutar de su magia sobre el campo.