El pasado mes de julio, Víctor Claver anunciaba su retirada del baloncesto, con 36 años y coronado como el mejor jugador valenciano de todos los tiempos. Una trayectoria impoluta con principio y fin en la Fonteta con el club de su vida, el Valencia Basket. Un viaje que entre medias tuvo momentos estelares como ser partícipe de la edad de oro de la selección española, con la que llegó a colgarse siete medallas (cuatro oros, incluyendo un Mundial y tres Europeos) y subir hasta la posición 17 en el histórico de internacionalidades con 169 entorchados con el equipo nacional. Por todo ello, Levante-EMV le ha querido hacer entrega del Premio Deportes de este año, patrocinado por la UV.
Formado en las categorías inferiores del colegio Maristas y desde cadetes en el Valencia Basket, Víctor Claver pasó a formar parte de la primera plantilla profesional en el curso 2006-07 y en su primera etapa como taronja disputó seis temporadas en las que fue pieza clave en el título de la EuroCup 2010. Un éxito que le catapultó hasta la NBA, que no perdió ojo a su meteórica progresión.
Claver quedó en el puesto 22 de la primera ronda del draft de 2009 por los Portland Trail Blazers, y en 2012 dio el salto definitivo a la liga estadounidense para convertirse en el duodécimo jugador español de una saga iniciada por Fernando Martín (precisamente también en Portland) y en el primer valenciano en disputar la competición más prestigiosa y mediática del mundo.
Como jugador de rotación acumuló 82 encuentros en la NBA con una media de trece minutos, tres puntos y dos rebotes por encuentro. Tras un paso administrativo por los Denver Nuggets, dejó Estados Unidos en 2015 para iniciar una segunda etapa europea que incluyó pasos por el Khimki o el Lokomotiv Kuban, con el que jugó la final de la Euroliga en 2016 con un papel de jugador franquicia.
Su notable papel en el equipo ruso le hizo recalar en el Barcelona, club en el que estuvo cinco campañas y con el que conquistó en dos ocasiones la Copa del Rey antes de regresar en el verano de 2021 al Valencia Basket.
Víctor Claver, in different images from his time at Valencia Basket. / VBC
Devoción por el deporte
Criado en una familia que respira devoción por el deporte (su padre fue jugador profesional de balonmano), en todos los equipos en los que ha militado, Claver siempre se ha significado como un jugador sacrificado por el colectivo, con un perfil nunca egoísta, sin buscar el lucimiento personal. Virtudes que lo han consagrado como un jugador imprescindible para todos sus entrenadores, tanto a nivel de club como en la selección nacional, y que también han acabado por conquistar el aprecio del aficionado al baloncesto.
Sin poder ocultar su emoción, rodeado de excompañeros del Valencia Basket y de la selección, Claver se despidió del baloncesto en un emotivo acto en l’Alqueria del Basket: «He cumplido sueños que ni imaginé cuando era niño. Por el camino he aprendido que lo importante no es lo que te espera cuando llegas al final, es todo lo que vas viviendo a lo largo de él y, sobre todo, con quién lo compartes».
«He intentado ser el mejor jugador que yo podía ser ayudando a mi equipo a ganar», resumió Claver. «Es el momento de ser honesto conmigo mismo y escuchar a mi cuerpo. Cierro esta etapa de mi vida con la tranquilidad de haberlo dado todo y haberlo hecho siendo yo», señaló antes de reiterar el agradecimiento «a todos» los que han formado parte de su viaje.
