Si hay una pieza clave para que tanto los jugadores del Oviedo como los de los otros equipos del ecosistema Pachuca se lesionen cada vez menos –o al menos se recuperen mejor y con más celeridad–, esa es Carlos Cóccaro (Nueva Palmira, Uruguay, 1969), director del servicio de fisioterapia de Pachuca. Hombre de confianza de Jesús Martínez, dueño del Real Oviedo, Cóccaro pasará una temporada en la capital del Principado acompañando a Fede Viñas, nuevo delantero azul, en su recuperación, por orden del máximo accionista carbayón. En 2002 viajó a México y se incorporó a la dinámica del Pachuca C.F. como fisio, antes de que el grupo homónimo se hiciera con el club. También ha pasado por la órbita de la selección nacional y ha vivido en sus propias carnes el crecimiento de Pachuca, con la universidad, el hospital y todo el complejo. Ahora, es el jefe del departamento de fisios, aunque empezó “como uno más”.
–¿Es la primera vez que venía a Oviedo?
–No, es la segunda. Había venido cuando el Grupo Pachuca adquirió el equipo.
–¿Y nota diferencias respecto a entonces?
–Sin duda. Estoy muy conforme con cómo está el organigrama de trabajo en Oviedo. Se nota también la diferencia en el convencimiento de todos los implicados. Eso hace que las personas se convenzan de que se repita lo que se hizo el año pasado. Eso es lo que más me llena de orgullo. Se siente en los entrenamientos. Se creen capaces. Habrá altibajos porque es una categoría muy difícil. Estaremos compitiendo para estar entre los seis primeros lugares.
–¿Cómo ve a los chavales?
–Veo que van a luchar. Todos están contentos. El año pasado había más lesionados y el director técnico tiene buenos jugadores en el banco. El plantel que tiene el Oviedo puede ayudar mucho.
–Pachuca alberga a cuatro equipos de fútbol. ¿Cuesta coordinarlos?
–Más que nada, lo que cuesta, que ahora se ha mejorado mucho, es la comunicación entre clubes. Ahora tenemos una plataforma donde cada equipo sube cómo están sus lesionados, los tiempos, el tipo de lesión… La tecnología ayuda. Es lo que más ha costado. Pero las personas que hay en Pachuca son muy profesionales y merecen todos mis respetos.
–Al estar en Europa, ¿la comunicación con Oviedo es más complicada?
–Como en todos los equipos, siempre estamos en contacto. Ahora tienen a jugadores como Viñas, que venía de una lesión complicada, pero el servicio médico y de fisios del Club León hizo un trabajo espectacular. A este tipo de jugadores es a los que hay que apoyar, Jesús Martínez nos dice que vengamos con ellos para controlar la situación. Pero cualquier profesional del Grupo está cualificado para tratar al futbolista que haga falta.
–Hablando de Viñas. ¿Cómo le ve?
–Lo veo muy bien. Ayer mejor que anteayer. La lesión va muy bien y estamos trabajando a doble turno. Por la mañana, con el equipo, y por la tarde, en el hotel en la piscina. Las expectativas las tenemos igual que la gente. Fede está en la fase final de la readaptación y queremos que cumpla con lo que se espera de él.
–Ese tipo de lesiones (rotura del tendón de Aquiles) suele pasar mucha factura a los futbolistas. Hay quien dice que no vuelven a ser los mismos.
–Él es muy fuerte a nivel mental. Está muy contento y es importante que el ser humano que hay detrás del jugador este contento. Él lo está con este desafío aquí en Oviedo. No hay que olvidar que no solo tuvo la lesión en el tendón de Aquiles. Tenía una cirugía en el hombro también. Fue un combo de lesiones que quizá otro jugador no hubiera soportado. Él sí. Ya entrena con el equipo, pero necesita un tiempo de adaptación para empezar a tocar balón. Ya vimos que Cazorla entrenó ayer con él, y esas cosas motivan.
–¿Puede acotar más ese plazo?
–Unas dos, tres semanas de readaptación. En los “return to play” (vuelta al juego tras lesión) no se puede decir un día específico. Igual va bien pero agarra una gripe, que eso también se está trabajando con el departamento de nutrición para que vaya bien. Pensamos que en dos semanas podrá unirse al cuerpo técnico para que comience a entrenar.
–Hablaba antes de que el Oviedo no tiene apenas lesionados con respecto a la temporada pasada. Y que lo diga. ¿Qué ha cambiado?
–Mejoró, que lo hacen muy bien, la parte de los ejercicios físicos previos al entrenamiento. Eso ayuda muchísimo. También me han comentado que hay muy buena comunicación entre el staff médico y el cuerpo técnico. Eso provoca que un departamento médico avise de que determinado jugador tiene que parar, y si los entrenadores hacen caso, se llevan mejor a cabo las cargas de trabajo y se ve que el índice de lesión baja.
–Toquemos madera.
–Toquemos.
–Tengo entendido que el Grupo Pachuca prepara algo en Oviedo fuera de los campos de fútbol.
–Claro. El Grupo Pachuca no es solo un equipo de fútbol. También tienen una parte académica, casi más importante para los dueños que el fútbol. Se hizo un convenio con el hospital Cema de investigación y la rectora Gabriela Murguía (mujer de Jesús Martínez) tiene la idea de hacer unas jornadas académicas aquí en Oviedo.–Hablando del Grupo, ¿Jesús Martínez mete mucha caña?–¿Que si mete caña Jesús? (Risas). Si quieres trabajar con Jesús tienes que saber trabajar con presión; si no, no puedes trabajar. Es un excelente líder, pero hay que saber llevarlo. Si no, no estaríamos aquí trabajando (risas).
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