El fútbol fue lo de menos. El Valencia regresó a la competición tras las terribles inundaciones que sufrió el levante español a finales de octubre y Mestalla rindió un precioso homenaje a todos los afectados por la terrible catástrofe. Los jugadores ches también respondieron sobre el césped y superaron a un irreconocible Real Betis en seis inspirados minutos en el segundo tiempo. Hugo Duro, por partida doble, y Diego López sentenciaron tras el intremedio después del 1-1 del primer tiempo. Vitor Roque completó 80 minutos, aunque no pudo exhibir su olfato goleador. ‘Tigrinho’ tiró de empuje y poco más.
Los futbolistas digerieron las emociones como buenamente pudieron. La carga anímica era elevada tras el tributo a las víctimas de la DANA. Valencia y Betis no se reservaron nada, empujados por la adrenalina y la fuerza que se vivía en la grada de Mestalla, que pronto estalló en aplausos. Primero, con el 1-0 de Tárrega tras una serie de rechaces. El canterano, nativo de Aldaia, mostró una camiseta con la frase: “Tots junts eixirem”. Ovacionó Mestalla también el empate heliopolitano tras un gesto deportivo de Aitor Ruibal. El catalán sirvió una falta lateral tensa al área y Hugo Duro, en su afán por despejar, superó a Mamardashvili. En la celebración enseñaron una bandera de la Comunidad Valenciana con un crespón negro.
El partido se detuvo en dos ocasiones tras sendos percances en la grada. Dos aficionados se encontraron indispuestos y De Burgos Bengoetxea optó por parar el cronómetro para que los servicios médicos atendieran a los afectados con tranquilidad.
Atracón che
Ni seis minutos necesitó el Valencia para sentenciar a los verdiblancos. Hugo Duro cazó un balón desviado por Guirao para hacer el 2-1. Y, sin tiempo para festejar, el propio Duro se sacó una ‘picadita’ de la chistera que petrificó a Rui Silva. Eran los mejores minutos de los de Rubén Baraja, que cerraron el festival con un voleón de Diego López a un tibio despeje de Marc Bartra. El ‘Chimy’ Ávila maquilló el desastre con un disparo cruzado desde la frontal inalcanzable para Mamardashvili.