De la volea de Zidane al penalti de Baggio. Del trágico fin de Fashanu al milagro de Fritz Walter. Del escorpión de Higuita al asesinato de Andrés Escobar. Historias que recorren el juego con poca relación entre sí, pero que Iker Ruiz del Barco (Sestao, 2000) supo entrelazar muy bien.
Las cuenta en sus redes sociales con ‘@Elefutbol‘, sumando ya diez millones de seguidores en todas las plataformas, y las narra de puño y letra en su primer libro: ‘La vuelta al fútbol en 80 historias’. En SPORT hablamos con él, explicando el origen de algunos relatos y la manera en la que logró hacerse un espacio generando contenido deportivo de una manera diferente.
Iker, después de todo este éxito que has cosechado a través de tus redes sociales, ¿qué te hizo motivarte a plasmarlas en un libro? ¿Siempre tuviste esta idea?
Cuando todo explotó con el vídeo de Roberto Baggio, hace casi ya dos años, descubrí una manera distinta de contar el fútbol, todo desde una perspectiva mucho más humana, más sensible. Se suele caer en el cliché Madrid o Barça, y no me apetecía porque yo siempre he disfrutado del fútbol de otra manera. Y yo creo que fue a raíz de descubrir esa manera distinta que tenía de contar las cosas cuando dije ‘oye, me apetecería hacer un libro’. Y mi padre siempre me inculcó mucho ese gusanillo por la historia del fútbol. Me acuerdo que, de pequeño, me ponía documentales de Yashin, de Maradona, de Cruyff, de Pelé, de Di Stéfano… siempre me ha interesado mucho el mundo de la historia del fútbol. Me llegó la oportunidad del libro y estoy muy orgulloso.
¿Cómo fue el proceso creativo para seleccionar las 80 historias?
Yo sabía algunas historias que quería 100% que estuviesen en el libro y muchas otras que iba descubriendo por el camino, mentiría si dijera que no. Me gusta mucho leer sobre fútbol, investigar sobre otras cosas de la historia y he ido construyendo un poco el libro sobre la marcha, pero bajo un orden siempre lógico. Pero estoy muy orgulloso de la selección de todos los temas.
¿Alguno que te haya costado más trabajo escribir?
Lo que ha sido más costoso es el proceso de documentación porque hay muchos de estos jugadores a los que yo no he visto. Uno de los capítulos habla sobre el primer jugador en hacer una chilena, que fue a principios del siglo XX en Chile cuando no había casi ni fotografías. fue un proceso de documentación muy largo con el Centro de Historia del Deporte de Chile, con el Ayuntamiento de Talcahuano, porque el hombre que la hizo era un señor de Bilbao que emigró a Chile con doce años y allí le dio por hacer un movimiento así en el que se lanzaba de espaldas y le daba. De hecho, se creía que el primer autor de esa jugada era un brasileño, Leónidas da Silva, pero la documentación indica que fue en Chile con un vasco llamado Ramón Unzaga. Fue un proceso de investigación muy largo hasta que dimos una declaración de un habitante de Talcahuano, que fue el primer documento donde se certifica la existencia de la chilena, un habitante que declaró en el año creo que fue de 1918 que él había visto a Ramón Unzaga hacer un movimiento acrobático en el que se lanzaba de espaldas y le daba el balón. Así con prácticamente todas las historias. Hay otras que tienen un tono más poético, que ahí es dar rienda suelta a mi imaginación, pero sí, sí, te podría decir que con el 80% de las historias ha sido un proceso así, muy largo y de muchas horas.
¿A qué tipo de público buscas llegar?
Me di cuenta desde un primer momento que esto es capaz de conectar con la gente joven y con la gente mayor. Yo utilizo el fútbol como una excusa para hablar de la vida, y este mensaje vale para todos. En la firma de libros me vino un profesor de 62 años emocionado a darme las gracias porque le encantaba el trabajo que hacía, y luego te viene un chaval de 14 años. Este estilo literario también conecta muy bien con la gente quizás más adulta, que busca algo más exigente y también es algo que conecta muy bien con la gente joven. Es un libro para todos los públicos.
¿Qué desarrollaste primero: el estilo de escribir como en el libro o el de narrar como en tus vídeos?
Creo que primero el estilo en el que narraba, porque yo antes de hacer el vídeo Roberto Baggio yo hacía también narraciones, pero eran más dinámicas. En vez de hacerlo con una locución suave y cálida lo hacía con una locución así como más acelerada, porque pensaba que en ‘TikTok’ tenía que ir todo siempre muy rápido. Pero todo fue hasta el vídeo de Baggio, que le añadimos ya el lado de la prosa. Pero sí, primero vino la narración y luego la letra.
¿Cómo te hiciste un espacio entre los ánimos tan caldeados que suele haber en redes sociales hablando de fútbol?
Fíjate, la media de lo que duraba un vídeo en ‘TikTok’ eran 30-40 segundos, música muy rápida, un mensaje muy rápido, muy acelerado. Yo llegué con un vídeo que duraba un minuto y 50 segundos, una música pausada, voz sosegada… era la antítesis un poco de lo que se venía haciendo . A la gente le gustó, porque yo creo que ya se estaba empezando a cansar de este contenido tan fugaz. Se estaba empezando a demandar contenido de más calidad. Y la gente demandaba también un poco más de paz en el mundo del fútbol, que siempre hay mucho odio de que o eres de uno o eres de otro, esto parecía casi la política, entonces dije ‘¿por qué no disfrutamos un poco de todo?’. Me centré en las emociones, en el lado más humano, que es lo que todos compartimos al final, tú puedes ser de un equipo u otro, pero ese lado humano lo compartimos todos. También es importante hablar de cosas útiles para la gente joven, la salud mental, la tolerancia, el significado de la derrota, su aprendizaje, que todo no acaba cuando ganas un trofeo… todo eso fue clave para entrar a este mundo donde hay tanta competencia.
Si tuvieras que elegir, no 80, sino tres historias del libro, ¿con cuáles te quedarías?
Me quedaría con la historia de Andrés Escobar, futbolista colombiano al que asesinaron. Fue uno de los capítulos que más me emocioné escribiendo. Me puse a llorar de la impotencia que me daba la situación. También con otro que es el de Fritz Walter, capitán de la selección alemana en el mundial de 1954. Al tío lo capturó el Ejército Rojo al final de la Segunda Guerra Mundial y, cuando se lo llevaron para matarlo en un campo de concentración ahí en Siberia, un soldado húngaro le reconoció y le salvó de una muerte segura. Y la tercera, otra que es la de Carlos Kaiser Raposo, el mayor estafador de la historia del fútbol. Un tipo que, a base de hacerse amigos de directivos, de periodistas y de algunos jugadores, jugó en varios de los mejores equipos de Brasil sin ser futbolista. Esto es una historia súper divertida.
¿Se te quedó alguna fuera que te habría gustado incluir?
Sí, se quedaron muchas fuera. Un capítulo que va a estar seguro en el segundo libro, si lo hay, será el de Olga Carmona, la jugadora de la selección española que metió el gol, que nos hizo campeonas del mundo, y recibió la noticia de la muerte de su padre. Puedes estar en lo más alto de tu carrera y darte cuenta que un oro no vale para nada. También el del ‘Trinche’ Carlovich, que es un jugador muy de culto del fútbol argentino, y luego hay otro jugador de culto argentino también, ‘Garrafa Sánchez’, que era un tipo con una historia increíble… es lo bonito del fútbol, que siempre habrá historias por contar.
Me llamó mucho la atención que a tus 24 años eres profesor. ¿Qué te gusta enseñar en tus clases?
Me gusta enseñarle a mis alumnos que el mundo del periodismo es un mundo donde hay que trabajar mucho. Yo tuve un profesor que me decía que el talento te abría todas las puertas, y me di cuenta que era mentira, que lo que te abre las puertas es el trabajo. A mis alumnos, sobre todo, les enseño a construir una marca personal en redes sociales, que es un poco lo que le puede distinguir a un periodista joven a la hora de encontrar un trabajo en un mercado tan competitivo. La importancia que tiene el trabajo en el día a día, el estar enfocado en un objetivo, el mantenerse horas. También ese pensamiento que tengo yo de que la constancia es mucho más importante que la motivación. La motivación va por picos, pero la constancia es una línea recta siempre. Es lo que les intento inculcar.
“Descubrí una manera distinta de contar el fútbol, todo desde una perspectiva mucho más humana, más sensible”
Me hablaste de un segundo libro… ¿lo tienes ya previsto o no?
Hombre, la verdad que con este estoy encantado. Pero cuando lo terminé dije “necesito unas vacaciones largas”. Me acuerdo de estar en verano con mi novia y no había calma porque había que escribir el libro. Todos iban a la playa yo me quedaba escribiendo, hablando por teléfono, haciendo alguna videollamada. Pero sí, habrá otro, porque además este está yendo muy bien, a la gente le está gustando mucho. Entonces tengo muchas ganas de escribir un segundo libro, sí.
Y en redes… ¿también tienes pensadas cosas nuevas?
Mi idea ahora es un poco mantenerme en el tiempo. Hay pocos creadores que se han mantenido. Empezaré a diversificar un poco. Voy a seguir con el contenido de fútbol normal, pero luego tengo otro perfil donde voy a empezar a crear otro tipo de vídeos ahora con mis padres, que ya se han jubilado. A mi madre, que es una auténtica loca del arte y de la historia del arte, le dije “ahora, cuando termine un poco toda la locura esta del libro, vamos a empezar a hacer vídeos”. Tendrán la misma esencia, con una locución, una buena música, pero a dos voces y a dos caras. Con mi madre y conmigo.