El guion más pesimista sobre la Conferencia de Presidentes se cumplió. Las expectativas eran bajas y la reunión acabó sin un solo acuerdo concreto. El reproche a Pedro Sánchez más repetido entre los presidentes del PP fue el inexistente intercambio de papeles previo, de propuestas, que impidió que hubiera un debate real sobre los grandes asuntos. “Hemos perdido un tiempo precioso”, resumió el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno. Otro dirigente conservador iba más lejos en privado: “Fracaso total”. En inmigración, como era previsible, ni un solo acercamiento. Y en financiación autonómica -donde las comunidades del PP volvieron a exhibir un frente común contra los pactos del Gobierno y los independentistas catalanes- se abrió un viejo melón.
La condonación de deuda que las autonomías mantienen con el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) regresó a la primera línea del debate. Hace meses el Ministerio de Hacienda ya anunció que la quita pactada con ERC a cambio de la investidura de Sánchez se extendería a otros territorios. Aquello generó tensiones entre las comunidades del PP porque algunos territorios -Comunidad Valenciana, Región de Murcia y Andalucía- están fuertemente endeudados, mientras que otros no. Alberto Núñez Feijóo se anticipó a lo que podía convertirse en una brecha entre sus autonomías, que podía dar aire al Gobierno, y fijó una posición común. Y, en parte, funcionó.
En Santander, meses más tarde, Sánchez ha vuelto a la carga, afirmando que en enero dará un impulso a esa condonación convocando el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Y las autonomías del PP consiguieron mostrar una cierta unanimidad, incluyendo las comunidades más endeudadas, al recalcar que la condonación “no resuelve el problema” porque lo que se necesita es una reforma del sistema en profundidad de una vez por todas. Uno por uno los presidentes conservadores repitieron ese mensaje. Con respecto a la condonación, eso sí, hubo más matices.
Hay comunidades como Aragón o Castilla y León que se mostraron contundentes: “No vamos a apoyar una condonación de deuda. Ni es justo ni tiene sentido”, clamaban sus presidentes. La sorpresa, en parte, vino de la mano de Isabel Díaz Ayuso. La presidenta madrileña, que muestra un rechazo absoluto a las quitas de deuda lineales, -llegó a hablar de “locura” y “conchabeo”, asegurando que las deudas por perdonadas no desaparecen- propuso que la única condonación se haga en la Comunidad Valenciana tras la catástrofe de la DANA.
El balón de oxígeno, repitieron en su entorno más directo, no iba dirigido a Carlos Mazón. No era un guiño expreso al ‘president’. Pero sí hubo una defensa cerrada sobre que Valencia no podrá levantar cabeza si no arriman todos el hombro. La propuesta eclipsó el debate por completo, forzando al resto de barones autonómicos a pronunciarse. El presidente de Andalucía recogió el guante: “A mí no me importaría que la única comunidad autónoma que pudiera asumir esa quita fuera la Comunidad Valenciana si con eso contribuimos a relanzar una economía tan importante para España”. En el núcleo duro del presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, también aseguraron: “No nos opondremos nunca a una medid así que vaya dirigida a Valencia”.
En otros territorios, como Castilla y León, no lo veían de la misma manera. Aunque la sensación extendida en el PP es que “nadie podría negarse” a la propuesta si llega a plasmarse en una realidad, la sensación de nuevo es que todo el debate en torno a la quita de deuda expone a las comunidades conservadores a ciertas tensiones. Ni comparten al milímetro las posiciones, ni los territorios están sometidos a las mismas circunstancias.
El Gobierno central siempre supo que era un punto caliente para el PP. De hecho, Feijóo improvisó una cumbre de barones previa a que comenzaran las reuniones bilaterales con Sánchez en Moncloa para tratar de unificar una posición, convenciendo a los presidentes autonómicos conservadores de que no debían entrar al trapo de las diferencias porque no conduciría a nada y solo ayudaría al jefe del Ejecutivo.
Y los barones regionales del PP también insistieron en Santander en que la condonación de deuda de la que habla el presidente del Gobierno es “un parche” pensado “solo para Cataluña”. En los encuentros que Sánchez tuvo uno a uno con los barones -excepto Ayuso, que dio plantón- no se abordó la quita. Como publicó este periódico, Génova ya tuvo la sensación de que el presidente iba recabando información y que antes o después trataría de provocar divisiones entre los populares a partir de la Conferencia de Presidentes.
Lo que está por ver es la actitud con la que los dirigentes autonómicos acudirán a la reunión de enero avanzada por Sánchez. Todos los presidentes consultados por este diario dejaron claro que irán a la cita, pero que se opondrán a que solo se aborde la condonación. La reclamación -una vez más- será que hablen del sistema en su conjunto. López Miras fue el más concreto en los objetivos temporales reclamando que “en el plazo máximo de un año” haya una propuesta en firme para la reforma.