El Sporting regresó en la tarde de este miércoles a los entrenamientos en Mareo tras disfrutar de tres días de descanso. La plantilla inició la preparación del encuentro del próximo lunes ante el Castellón (El Molinón, 20.30 horas) con alguna ausencia. La principal, la de Víctor Campuzano, quien finalizó el partido ante el Eibar con un leve esguince. El delantero rojiblanco está pendiente de evolución, aunque parece difícil que pueda estar disponible para medirse a los castellonenses. El que volverá a estar disponible, si no surge ningún imprevisto, es Diego Sánchez. El defensa avilesino ya completó la pasada semana a prácticamente el mismo ritmo que sus compañeros, por lo que se dan por superados los problemas musculares que le han mantenido fuera del equipo desde la disputa del derbi asturiano. Continúa con su proceso de recuperación el central Eric Curbelo.
La sesión contó con varias singularidades. Pepe Riestra, director global de fútbol de Orlegi, siguió el entrenamiento desde uno de los banquillos del campo 2. Junto a él, Gerardo García, director de gestión deportiva del Sporting, y Odin Vite, responsable del departamento de Ciencias Aplicadas al Deporte. El que no saltó al verde fue Rubén Albés, aquejado de un proceso vírico. El gallego trabajó en el despacho y observó la evolución del trabajo desde fuera del campo. El encargado de dar las instrucciones fue su segundo, Toni Madrigal.
El temporal que sacudió Asturias hizo que el club retrasara media hora la salida de los jugadores al campo de entrenamiento y cancelara el resto de sesiones en las instalaciones rojiblancas. No hubo entrenamientos ni del fútbol base, ni de los equipos vinculados al Centro Formación Mareo y Genuine. Este jueves, el club vive pendiente del sorteo de Copa del Rey, competición en la que el Sporting se medirá lejos de El Molinón, a partido único, a un rival de inferior categoría.