El deporte mundial se vio sacudido el pasado jueves con el anuncio que realizó Rafa Nadal en el que ponía fecha a su retirada definitiva del tenis, lastrado en los últimos años por una serie inacabable de lesiones. El manacorí colgará la raqueta tras la Copa Davis que se disputará a mediados de noviembre en Málaga.
Esa noticia corrió como la pólvora y provocó la inmediata reacción de sus dos grandes rivales históricos a lo largo de las dos últimas décadas, el ya retirado suizo Roger Federer y el todavía en activo Novak Djokovic (este domingo disputa la final del tornheo de Shanghai frente al nuevo monarca italiano Jannik Sinner.
Muy lejos del mundo del tenis, la noticia afectó mucho al azulgrana Tomas Satoransky. ¿El motivo? El checo es un profundo admirador de Nadal hasta el punto de que su hijo se llama Samuel Rafa en una increíble muestra de devoción por uno de los mejores deportistas españoles de todos los tiempos con permiso solo de Pau Gasol y de Miguel Indurain.