Osasuna attacks the Reale Arena

Osasuna attacks the Reale Arena

El Osasuna planteó un gran partido en el Reale Arena y se llevó el gato al agua (0-2) ante una Real Sociedad inferior durante gran parte del encuentro.

El partido comenzó como se esperaba, con un ritmo frenético desde el pitido inicial. Así llegó la primera ocasión de peligro del encuentro de la mano de los rojillos, con un magnífico contragolpe de Bryan Zaragoza que abortaron entre Igor Zubeldia y Jon Mikel Aramburu ‘in extremis’ con un robo fundamental.

Es entonces cuando llegó la primera polémica de la noche por un posible penalti de Juan Cruz sobre Zubeldia por agarrón que ni Juan Luis Pulido Santana ni el VAR decretaron.

Pasado el ecuador de la primera parte, el conjunto navarro aprovechó un córner para transformar el primero de la noche. Oroz en corto sobre Zaragoza para que este centrase a un Lucas Torró que la ajustó de cabeza donde Álex Remiro no pudo llegar.

Trató de reaccionar el conjunto txuri urdin, pero el cabezazo rematado por Nayef Aguerd se encontró con una manopla milagrosa de Sergio Herrera.

Zaragoza, que se mostró enchufado durante el encuentro, fue el desencadenante del segundo tanto rojillo, con una gran conducción que atrajo a los centrales, lo que le permitió habilitar para que un Ante Budimir, que no se lo pensó dos veces, fusilase de nuevo la meta realista.

El VAR anuló un penalti a favor de Osasuna después de que se viese en la repetición que la patada de despeje de Aramburu no impactó en Flavien Boyomo.

Al regreso, la Real buscó la épica dando entrada a Takefusa Kubo con Orri Óskarsson, y el japonés se hizo notar desde el principio con protagonismo cerca del área rival.

Así llegó el primer “uy” de la segunda parte, con dos muy buenos lanzamientos desde fuera del área de Luka Sucic y Kubo, uno desviado y el otro bien atajado.

Pudo sentenciar Budimir tras un despiste de la zaga rival, aunque su lanzamiento, algo forzado, se marchó por encima de la meta de un Remiro que ya estaba casi vendido.

Los de Alguacil, que no mostraron nervio suficiente como para darle la vuelta al marcador, vieron cómo los minutos se sucedían y el escenario no cambiaba, algo ideal para un Osasuna que se mantuvo cómodo con un bloque medio bajo a la espera de las acometidas locales.

De nuevo, el VAR tuvo que entrar en acción para rearbitrar un penalti sobre Brais Méndez, ya que el contacto defensivo sobre el gallego no fue suficiente.

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