La tragedia de Valencia ha afectado especialmente a uno de los clubes más importantes de Asturias. El vestuario del Avilés, equipo de Segunda Federación, cuenta con dos valencianos en sus filas, el capitán Natalio y uno de los fichajes de este verano, José Antonio Soler, que están viviendo desde la distancia todo lo que está ocurriendo en su tierra. “Es algo inexplicable, no hemos visto algo así en la vida”, coinciden ambos futbolistas, cuya familia se encuentra a salvo.
“Es muy duro, al principio no me lo creía. Avisaron, pero nadie espera algo así”, reconoce Natalio, que durante estos días ha estado en permanente contacto tanto con sus padres como con los de su mujer, también residentes en la Comunidad Valenciana. “Por nuestros pueblos la dana ha pasado de refilón, no ha caído de pleno, pero tenemos amigos cuyas casas están prácticamente inundadas. Ha sido un desastre”, explica el delantero, que desde el lunes está pendiente de las redes sociales y de los medios de comunicación, para conocer todo lo que está ocurriendo.
Aunque su familia no ha sufrido las consecuencias del temporal, hubo un momento donde se temió lo peor. “Mi suegro se quedó sin teléfono durante unas horas y eso nos metió un poco de miedo. Hasta las tres de la mañana no pudimos hablar con él y en esos momentos se pasan muchísimos nervios”, confiesa el blanquiazul. Cerca de su pueblo, Canals, hay un pantano que se desbordó hace años, pero nada comparado con lo que está ocurriendo estos días. “Se ven imágenes que dan mucho miedo. Gente encima de capós, rompiendo puertas para poder salvarse… Espero que pase todo lo antes posible”, desea el jugador, que cree que “esto es lo peor que hemos vivido nunca en Valencia”. “Ahora toca recuperarse”, afirma.
“El lunes me avisó mi padre de que no iba a ir a trabajar, y la verdad, me quedé muy sorprendido. Nunca llegué a pensar que iba a pasar todo esto”, reconoce Soler, cuya familia, como la de Natalio, está a salvo, aunque en su caso sí que vivieron más de cerca las consecuencias de la dana. “Al padre de mi novia se le paró el coche volviendo de Valencia de todo el agua que había en la carretera. Por suerte, pudo volver al rato, yendo muy poco a poco”, indica el defensa. Además, la gasolinera en la que trabaja su padre “está como su pasase un huracán por encima”.
Estos días, según explica, está “todo el día con mensajes”. “Es muy impactante lo que se está viviendo. Estamos todo el día pendiente de las redes sociales y de la televisión, por si pasa cualquier cosa”, afirma Soler, cuyos amigos le van contando anécdotas desde el terreno “que no se pueden ni creer”. “No recuerdo nada así en mi vida”, sostiene el futbolista, que ahora espera que todo amaine y que “todo vaya siendo más normal”. “Ahora el problema es encontrar a las personas desaparecidas. Es muy difícil de digerir si te toca una situación así. Espero que se ayude lo más rápido posible a esas familias”, finaliza el lateral derecho.