Hay un momento en el que uno piensa si Juan Carlos Holgado es un actor. O quizás un hipnotizador por su forma de encantar a todo el mundo, casi al instante. Pero resulta difícil encontrar a nadie en el mundo del deporte con tan buen toque con las personas, tan cercano, tan normal. Y eso que posee como el más supremo tesoro una medalla de oro olímpica, la que consiguió con España por equipos en tiro con arco en los Juegos Olímpicos de Barcelona-92. Este fin de semana, invitado por la Federación Extremeña (que quiere potenciar su centro de tecnificación, dirigido por Pedro Miguel Fernández y Alejandro Rodríguez), ha vuelto al lugar donde empezó su pasión por este deporte, Cáceres, allá por los años 80.
Casi de forma automática, Holgado se metió en el bolsillo a todos, chicos muy jóvenes y veteranísimos de su quinta, como la laureada Fátima Agudo. Repartió anécdotas y don de gentes, pero sobre todo consejos técnicos. Y es que conviene no olvidar algo: está considerado uno de los mejores entrenadores del mundo.
«Nací en Alemania, mis padres eran emigrantes. Vine aquí con nueve años y me siento de aquí porque aquí me hice deportista», contó a este diario sin perder un gramo de amabilidad. «Me siento porque hacía tiempo que no venía y cuando lo hacía era por ver a la familia, no a actividades de tiro con arco. Ver otra vez las instalaciones, la Ciudad Deportiva, me está resultando muy agradable. Ha habido un gran progreso en medios y más arqueros con conocimiento y material», añadió.
Su locura por el arco le llevaba en aquel entonces a saltar tapias para poder entrenar cuando el campo de tiro cerraba. «Algunas veces me pillaban y otras no», sostuvo. «Empezamos Fátima, Tato [Martínez]Antonio Bustamente… We were a group that came from Nazareth school, from other sports such as handball, and we had a very good atmosphere. We created something different that had results. “We really wanted to do things,” he was proud.
Reivindicativo
Pero no todo fue ‘jiji-jaja’. Holgado se puso más serio cuando habló de que Cáceres merece otro campo de tiro con arco, distinto al que existe en El Cuartillo, «algo más cercano, que dependa del ayuntamiento y que esté en la ciudad en sí, que se tome como propio. Tenemos grandes campeones en tiro con arco y una generación muy interesante de jóvenes que lo merece». De hecho, conectó esta cuestión con el oro olímpico del también cacereño Alberto Ginés en el 2021 («fue una hazaña») y que se esté construyendo un rocódromo. «Es sensacional lo que hizo en otro deporte minoritario. Campeón del mundo solo lo eres un año, pero campeón olímpico eres toda la vida», dijo.
Es optimista respecto al futuro del tiro del arco extremeño, presidido por Raquel de San Macario, una de las arqueras con las que empezó hace casi 40 años: «Los resultados son muy buenos para el número de fichas que hay porque el paraguas de la federación autonómica es de calidad. Y podemos tener campeones. Sé que de la competencia interna saldrán más».