Los dos grandes de la madreñina “furgolística” están de enhorabuena. Cumplido el primer tercio de la competición son dos de los equipos que se postulan para luchar, al menos, por el play-off de ascenso, lo que no es poco teniendo en cuenta el historial de ambos en los últimos tiempos, salvo el rayo de luz de la temporada pasada que al final terminó en decepción. Ambos están basando sus momentos felices en cumplir una de las máximas del balón: amarrar lo de casa. Son de los mejores del fútbol español en su campo. Ahora les falta dar un pasito más a domicilio para seguir atesorando puntos para cuando llegue el bajón del que no se libra casi nadie. Y lo hacen con distintos argumentos. El Oviedo, por ejemplo, está encontrando el camino hacia la felicidad gracias a un veterano como Santi Cazorla. La duda está en si el depósito del de Llanera dará para aguantar lo que resta de competición en la exigente Segunda. Por su parte, el Sporting vive, por ejemplo, gracias al reparto de goles a la espera de que por fin aparezca ese delantero por el que los rojiblancos llevan esperando demasiados años. Por lo demás, toca preparar ya los próximos partidos. Los azules visitan a un Albacete que anda por la zona media-baja. Mientras, los rojiblancos van a casa de un Burgos en crisis desde hace semanas y que ya se ha sumado a la lista de equipos que han prescindido del entrenador. En El Plantío se espera otra gran Mareona, lo que debería ser un punto de motivación extra. Ya veremos. Mientras, ahí fuera, hasta el prudente Carlo Ancelotti no entiende que LaLiga haya mirado para otro lado y decidiera disputar la pasada jornada pese al drama de Valencia. Los partidos de Copa aplazados por la dana han vuelto a ser suspendidos, por lo que ya se verá cómo se cuadra el calendario. Y así, con la que está cayendo, nada como estar en casa mejor que ahí fuera, ¿oyisti, güey?
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