El West Ham fue uno de los equipos que, a ojos de la prensa británica, completó uno de los mejores mercados de fichajes en toda la Premier League. El objetivo, a priori, era brindarle a Julen Lopetegui un equipo capaz de pelear de tú a tú con el Big Six de la competición. Sin embargo, como el fútbol no es una ciencia exacta, menos aún en una liga tan exigente como la inglesa, no se cumplieron los pronósticos con los Hammers y el técnico español se jugaba la ‘vida’ contra el Newcastle.
El West Ham se desprendió de todos aquellos jugadores con los que no contaban. Ben Johnson, Angelo Ogbonna, Divin Mubama y Joseph Amang abandonaron la entidad como agentes libres. Nathan Trott, Tilo Kehrer, Saïd Benrahma y Flynn Downes salieron traspasados. Además de varias cesiones, como la de Nayef Aguerd, James Ward-Prowse, Kurt Zouma, Mohamadou Kanté o Maxwel Cornet. En total, 44,8 millones de euros entraron en las arcas del club.
En cuanto a los fichajes, en el Olímpico de Londres se gastaron 144,4 millones de euros en refrozar la plantilla (gasto neto de casi 100 millones de euros). Jean-Clair Todibo y Carlos Soler en calidad de cedidos, Wes Foderingham y Guido Rodríguez como agentes libres y Maximilian Kilman, Crysencio Summerville, Niclas Füllkrug, Luis Guilherme y Aaron Wan-Bissaka, por los que se pagaron traspasos.
Mal inicio tras un mercado ilusionante
Lopetegui iba a complementar su equipo, con grandes futbolistas como Lucas Paquetá, Jarrod Bowen, Mohammed Kudus, Edson Álvarez o Tomas Soucek, con piezas experimentadas en la Premier y en las grandes ligas de Europa, además de jóvenes con mucha proyección. Pese a ello, el West Ham ocupa la decimocuarta plaza de la tabla con 15 puntos en 12 jornadas. Lo que es lo mismo, con solo cuatro triunfos de 12 posibles.
El West Ham solo ha sido capaz de ganar al Crystal Palace (0-2), al Ipswich Town (4-1), al Manchester United (2-1) y al Newcastle (0-2), en el último partido de liga, que debe servir a los de Lopetegui como un nuevo punto de partida para alzar el vuelo. Tres puntos que se traducen en oxígeno puro para un equipo que no ganaba un duelo desde el pasado 27 de octubre, y una ‘vida extra’ para el español, que acertó en muchas decisiones.
Gran acierto contra el Newcastle
Los goles de Soucek en el minuto 10 y Wan-Bissaka en el 53′ sirvieron para conquistar St.James’s Park en una de las mejores noches de la temporada para el West Ham. Lopetegui, que tocó varias teclas, consiguió que su equipo fuera un bloque unido, que busca el bien colectivo y que empieza a funcionar.
No le tembló el pulso con Guido Rodríguez, que fue suplente y solo jugó siete minutos residuales para arañar tiempo al final del choque, confirmando claramente la pérdida de importancia del internacional argentino en el equipo. Jugó Carlos Soler junto a Soucek, autor del primer gol, y el español mejoró al equipo en todas las facetas. El ex del PSG, que venía de ser suplente contra el Everton y el Nottingham Forest y de ser sustituido al descanso contra el Manchester United, tuvo un papel clave en el centro del campo para volver a la senda de la victoria.
Otra de las decisiones importantes de Lopetegui fue la portería. Desde el triunfo contra el United, el pasado 27 de octubre, el técnico español le está dando su confianza a Lukasz Fabianski, que está respondiendo a las mil maravillas. El polaco, de 39 años, está comiéndole la tostada a un Alphonse Aréola que, a día de hoy, es merecidamente el portero suplente de la plantilla.
Finalmente, Lopetegui dio más altura a sus laterales, y eso repercutió directamente en el segundo gol del equipo, el del lateral derecho Wan-Bissaka. El ex del United aprovechó el carril interior que le abrió Bowen, pegado a la banda derecha, para sellar el partido con un disparo raso cruzado desde dentro del área.
Un triunfo vital para el entrenador español, que sabía que una derrota en Newscatle podría haber sido su sentencia. ¿Cómo respondió a la presión? Con el mejor partido de la temporada. Sin duda, una victoria que debe servir como punto de inflexión para un West Ham que, por nombres, aspira a mucho más que una triste media tabla.